En el contexto en el que vivimos, el confinamiento ha supuesto la interrupción de nuestra práctica física habitual, lo que ha repercutido en algunas de nuestras variables con respecto a la salud.
Realizar un reconocimiento médico deportivo es la mejor herramienta de prevención para hacer deporte de una manera segura, sin poner en riesgo nuestra salud.
A veces nos sometemos a intensidades físicas que someten al organismo a esfuerzos muy intensos y que requieren de un gran estado de forma y de salud.
A menudo, estos esfuerzos intensos son realizados por deportistas ocasionales que no tienen la preparación física adecuada. El rango de edad de los participantes es cada vez más amplio y rara vez han pasado antes un reconocimiento médico para saber si su organismo está preparado para soportar estas demandas tan altas.
Todo ello puede elevar el riesgo de sufrir algún episodio cardiovascular, infartos o incluso la temida muerte súbita, que por desgracia alguna vez se manifiesta en el deporte.
Ante esto, la mejor herramienta de prevención es realizar un reconocimiento médico deportivo para saber si estamos en condiciones de realizar nuestro deporte, sobre todo si este es muy exigente.
Muchas personas creen que sometiéndose a los chequeos médicos periódicos es suficiente. Pero debemos tener en cuenta que estas revisiones observan cómo funciona nuestro organismo en reposo y no ante los esfuerzos intensos que suceden en el deporte. Nuestros órganos (corazón, pulmones, etc.) pueden satisfacer sin problemas las demandas de la vida diaria pero pueden no hacerlo al someterlos a grandes esfuerzos. De hecho, hay cardiopatías que no se manifiestan en reposo y sí lo hacen al hacer ejercicio.
Por eso es recomendable completar esos chequeos médicos con un reconocimiento médico deportivo que incluya una prueba de esfuerzo. Si vamos a someter a nuestro organismo a grandes esfuerzos, tenemos que observar cómo son las respuestas fisiológicas que se producen ante esas demandas tan altas. De esta manera, el médico observará cómo responde nuestro organismo ante el esfuerzo, detectando los factores de riesgo si los hubiera y nos dirá si somos aptos para realizar un tipo de actividad física u otra.
Un reconocimiento médico deportivo nos brinda numerosas ventajas, entre ellas minimizar riesgos al hacer nuestra práctica deportiva. Esto es algo indispensable para el deportista que todos, tanto aficionados como profesionales, deberíamos hacer al menos una vez al año.